La vida del hombre está dada por la naturaleza; cuando la energía del cielo y de la tierra se conjugan, aparece la energía vital. Al nacer, el hombre dispone de una estructura corporal y no puede separarse de los cambios del yin y el yang. La conjugación de la energía yin y yang del cielo y de la tierra reviste formas diferentes: en la tierra se divide en nueve regiones, en el clima se divideen las cuatro estaciones; en la luna se manifiesta porque está llena o nueva y desaparece por completo y hay días tanto cortos como largos. Estas son las manifestaciones del crecimiento y consumo del yin y el yang. Los cambios de las cosas que existen entre el cielo y la tierra son innumerables, mientras que el hombre y la naturaleza están relacionados estrechamente. Al observar los cambios, por pequeños o sutiles que sean, el hombre puede diferenciarlos en exceso o deficiencia.
Fuente y artícuo completo: Web Islam
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