22/11/13

Medicina tradicional china, ancestral y a la vanguardia


La Medicina Tradicional China actualmente goza de prestigio mundial y es uno de los sistemas de medicina tradicional más utilizado en el planeta. Se ha oficializado y regulado su práctica en casi todos los países centrales, la UNESCO declaró la acupuntura como un tesoro de la humanidad y, en todo el mundo, universidades y centros de estudio dictan carreras relacionadas con estos saberes ancestrales.
Todo esto se debe más que nada a su enorme eficacia, pero también a que los chinos entendieron desde siempre al hombre unido inseparablemente al Cosmos, mente, emociones y espíritu, inserto en la Naturaleza.
La MedicinaTradicional China es una medicina energética. Los chinos, desde la antigüedad describieron la circulación de la energía en el cuerpo a través de una serie de canales llamados meridianos por los que fluye el Chi o energía. Nuestro entorno, y todo lo que pensamos y sentimos afectan al flujo de esa energía. Cuando el Chi es perturbado aparecen los síntomas físicos.
El cuerpo del humano contemporáneo es una producción biológica que antecede en mucho a los paradigmas que formaron las culturas humanas a lo largo de siglos. Es por ello que nuestra estructura biológica, como la conocemos hoy, es la misma que observaron aquellos antiguos chinos. Ellos dieron testimonio de algunas entidades clínicas o enfermedades que nosotros hoy denominamos con otros nombres,  pero que por las antiguas descripciones, los hombres de antaño padecían al igual que nosotros.

Yin y Yang
Cuando hablamos de MedicinaTradicional China lo hacemos desde una visión del hombre en contacto con la naturaleza, un hombre que al igual que el universo terrenal que lo rodea, está regido por las leyes que comandan este devenir y sus manifestaciones. 
Las leyes de yin y yang comprenden a las cosas existentes en este plano, poseedoras de una bipolaridad estructural, que da cuenta que para que un fenómeno cualquiera exista, debe poseer las características yin y yang en sí mismo y en equilibrio. 
Yin conlleva  las características del agua; es decir, frialdad, oscuridad, la interioridad, tendencia al descenso, humedad, lo femenino, la luna, la quietud; y por el contrario yang será lo caliente, lo claro, lo externo, lo que asciende, la sequedad, lo masculino, el sol.
Nada es definitivamente yin o totalmente yang, ya que estas dos características en permanente evolución y movimiento se encuentran en perpetuo diálogo para conllevar la armonía, puesto que el exceso de yin llevará indefectiblemente a yang y viceversa, el equilibrio entre estas dos características mantendrá la unidad. La vida en sí como proceso unitario deviene de esta dualidad.

Organos y emociones
Esta teoría del yin y el yang indefectiblemente deriva de las observaciones que el hombre antiguo realizó de la naturaleza. Los antiguos chinos nos hablaron de elementos que constituían la base del mundo material, considerando cinco elementos o cinco fases o procesos en los que fluctúa la energía que conforma el mundo.
Si vamos al cuerpo humano como tal sabemos que la espalda es Yang, el torso es yin,  la cabeza es yang y los pies son yin, algunos órganos de nuestro cuerpo son yin y otros yang, y que en este yin y yang se manifiesta en una dialéctica, es decir un interjuego que permite llevar a cabo la realización de los procesos vitales.
Los chinos también atribuyeron a los órganos en su naturaleza la pertenencia a los cinco elementos a saber: el hígado a la madera, ligado emocionalmente a la ira; el corazón ligado al fuego y la alegría; el bazo ligado a la tierra y los pensamientos rumiantes y meditativos; el pulmón ligado al metal y a la tristeza; y el riñón y la vejiga ligados al agua y al miedo 
Saberes reivindicados
Aunque estas teorías se hayan expuesto hace más de 2.500 años en el Nei Qing, tiene vigencia saber hoy que la extrema tristeza puede afectar al pulmón, que la permanencia de estados de temor constante puede afectar al riñón, y que una inmensa alegría o el terror pueden afectar al corazón.
Estos saberes que portaron los antiguos médicos chinos y hoy se encuentran convalidados con los descubrimientos de las neurociencias y  la psiconeuroinmunoendocrinología no pueden ser dejados de lado ni subestimarse, ya que pertenecen a un acervo, a un sustrato de la cultura, tradición de los pueblos y que, por los avances de la modernidad y el positivismo etnocéntrico, fueron olvidados o denostados.
Es importante para el hombre contemporáneo el retorno al si mismo. Recuperar aquella fuerza original que parte de las profundidades y que los chinos denominaron Qi. Escuchemos para ello las señales de nuestro propio cuerpo.
Fuente: Buena Vida

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