Son muchos los beneficios que el Qigong aporta a los niños:
A nivel físico les proporciona control del cuerpo, ritmo, coordinación, motricidad, flexibilidad, equilibrio, agilidad, estabilidad, buena postura, fortalecimiento óseo y muscular, saber respirar. Regula y canaliza su energía vital y la reconduce a sus órganos internos fortaleciendo su sistema inmunológico.
A nivel emocional y mental mejora la atención, concentración y por tanto el aprendizaje, refuerza la memoria, imaginación y creatividad. Les aporta calma, desarrolla confianza y autoestima. Aprenden a controlar el nerviosismo, la sobre excitación, la agresividad, preocupación, tristeza y miedo.
Fuente y artículo completo: Instituto Qigong de Barcelona
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