22/4/10

Cultivando la sabiduría del Silencio

Cultivar la sabiduría del silencio interno es uno de los mejores métodos para conservar nuestra energía, reequilibrar nuestro ser profundo, y preservar nuestra salud física, emocional y espiritual.
Toma un momento de silencio interno para considerar todo lo que se presenta y toma tu decisión después. La maravilla la hace el hombre cuando no piensa. Es tremendo someter todo a los criterios de la razón. Eso es un atropello.
El hombre tiene otra parcela que es la imaginación. Es una parcela importante. La imaginación trabaja mucho. Te ilusionas. A veces haces horas extraordinarias. No deja de trabajar. Hay que dar descanso.
Devolver al silencio la imaginación. Para que luego pueda ser más creativa. El mundo de nuestra emoción es otra pieza que hay que hacer descansar. En un breve espacio de tiempo se está desalentado, animado, furioso, contento... Las emociones ahogan. Hay que devolver la calma. No excitarlas, darles calma. No nos pueden estrechar ni cansar. Devolver el silencio a la emoción. Es un acto lleno de salud. Otra pieza que existe en nosotros es la voluntad de desearlo todo. De poseerlo.
Es bueno dar silencio a nuestra voluntad. El deseo nos orienta hacia fuera. No hay que desear nada. No es preciso. En este campo profundo todo está ya en el hombre. Todos los recursos están dentro. Hay que tener confianza.
Hay que saber que los recursos que necesitamos para vivir están dentro.
El silencio es bueno para alejar los deseos de uno mismo. Si yo vivo deseando algo, me apoyo en otra cosa. Surge la agitación.
Nos aíslan de nosotros mismos. Silencio en nuestros deseos. Para no alejarnos de nuestro corazón. Cuando todas las piezas entran en sosiego puede brotar la intuición. Es una luz rápida. Se enciende en nosotros y nos ayuda a caminar. Cuando algo se ve desde dentro, no se necesita ayuda ni respuesta. Nadie puede cambiarnos si la luz se hace dentro.
Nadie puede decirnos nada. Esta luz sólo se pone en marcha cuando todo se serena. No somos lo que nos empeñamos ser. Un silencio para permitirse ser. Permitirse vivir. La intuición es hija del silencio. La presencia del Reino en nosotros se intuye desde el silencio.
El silencio es el espacio para esta intuición, esta revelación. No es callar por callar. Es callar para permitir que la vida se dilate, se expanda. Son los ruidos los que tapan esa fuerza interior. Los que nos dividen en mil piezas sin sentido. Acallarlos es encontrar de nuevo la confianza y la salud. ¡Buena Suerte! En el Silencio...

Fuente y artículo completo: La vida en plenitud

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