El objetivo principal del Qigong es aprender a conservar el Jing (esencia interior), fortalecer y suavizar el flujo del Qi (energía interior) e iluminar el Shen (espíritu). Para alcanzar estas metas debemos aprender a regular el cuerpo, la respiración, la mente el Qi y el Shen .
Regulación del cuerpo:
Significa trabajar el cuerpo hasta encontrar el estado más cómodo y relajado. Debemos tener presente que la relajación se origina en la mente, por lo tanto primero deberemos haberla relajado. El estado de relajación es el que permitirá que se abran los meridianos para que el Qi pueda fluir armónicamente. El primer paso de este proceso es el arraigamiento de nuestro cuerpo con la tierra a través de las posiciones estáticas que imitan a los árboles, principalmente la posición Wu Chi. Con la mente deberemos dirigir el Qi hacia los pies trasladando todo el peso de nuestro cuerpo hacia la tierra. Con la intención prolongaremos nuestras extremidades inferiores hacia el centro de la tierra y al mismo tiempo nuestra cabeza se conectara con el cielo a través de un hilo de luz. Nos mantendremos en perfecto estado de equilibrio físico y serenidad mental.
Regulación de la respiración:
Significa que esta debe ser tranquila, suave y sosegada. La respiración se ve afectada por las emociones por lo tanto nuestra mente debe reposar tranquila. Nuestra respiración también tiene que ser profunda, permitiendo de esta manera el movimiento del diafragma que masajeará los órganos internos. Tutelar la respiración es un primer paso porque con la práctica deberemos respirar sin prestarle atención para no interferir en el movimiento del Qi. Con la inspiración el Qi Terrenal asciende y con la espiración el Qi Celestial desciende y estas dos energías se conectan y combinan en nuestro Dan Tian inferior fruto de la conexión Cielo-Tierra de la posición estática. Por medio de la intención respiraremos con nuestro ombligo de una forma serena y muy suave, al inspirar el Chi entrará por nuestros pies y al espirar por nuestra coronilla.
Regular la mente:
Significa detener la actividad de nuestra mente, intentar dejar de pensar para sentir la paz, la calma, la serenidad, la vacuidad. Llegar a este estado es realmente laborioso por eso es aconsejable concentrase en la respiración, concretamente en el Dan Tian inferior. Con la intención llevaremos nuestra mente al Dan Tian y permaneceremos en la inmensa calma sin prestar atención a los pensamientos que puedan llegar.
Regular el Qi.
Significa trasportar nuestra energía por nuestro cuerpo por medio de la voluntad, llevándola donde es requerida. Este es un estado avanzado de Qigong al que se llega cuando se ha regulado perfectamente el cuerpo, la respiración y la mente. En este punto es importante tener conocimientos de medicina China para saber dónde hay un exceso o un defecto de energía. Se recomienda dejar fluir el Qi de la manera más natural, sin interferir en él para recorra todos los meridianos y armonice nuestros órganos y nuestra mente.
Regular el Espíritu (Shen):
Significa expandir nuestra conciencia, gracias a la armonía entre cuerpo, mente y energía que nos proporciona la práctica del Qigong. Es la Realidad Última de los budistas y la Inmortalidad de los taoistas.
Para saber más: “La esencia del Taiji Qigong” del Dr. Yang, Jwing-Ming
Regulación del cuerpo:
Significa trabajar el cuerpo hasta encontrar el estado más cómodo y relajado. Debemos tener presente que la relajación se origina en la mente, por lo tanto primero deberemos haberla relajado. El estado de relajación es el que permitirá que se abran los meridianos para que el Qi pueda fluir armónicamente. El primer paso de este proceso es el arraigamiento de nuestro cuerpo con la tierra a través de las posiciones estáticas que imitan a los árboles, principalmente la posición Wu Chi. Con la mente deberemos dirigir el Qi hacia los pies trasladando todo el peso de nuestro cuerpo hacia la tierra. Con la intención prolongaremos nuestras extremidades inferiores hacia el centro de la tierra y al mismo tiempo nuestra cabeza se conectara con el cielo a través de un hilo de luz. Nos mantendremos en perfecto estado de equilibrio físico y serenidad mental.
Regulación de la respiración:
Significa que esta debe ser tranquila, suave y sosegada. La respiración se ve afectada por las emociones por lo tanto nuestra mente debe reposar tranquila. Nuestra respiración también tiene que ser profunda, permitiendo de esta manera el movimiento del diafragma que masajeará los órganos internos. Tutelar la respiración es un primer paso porque con la práctica deberemos respirar sin prestarle atención para no interferir en el movimiento del Qi. Con la inspiración el Qi Terrenal asciende y con la espiración el Qi Celestial desciende y estas dos energías se conectan y combinan en nuestro Dan Tian inferior fruto de la conexión Cielo-Tierra de la posición estática. Por medio de la intención respiraremos con nuestro ombligo de una forma serena y muy suave, al inspirar el Chi entrará por nuestros pies y al espirar por nuestra coronilla.
Regular la mente:
Significa detener la actividad de nuestra mente, intentar dejar de pensar para sentir la paz, la calma, la serenidad, la vacuidad. Llegar a este estado es realmente laborioso por eso es aconsejable concentrase en la respiración, concretamente en el Dan Tian inferior. Con la intención llevaremos nuestra mente al Dan Tian y permaneceremos en la inmensa calma sin prestar atención a los pensamientos que puedan llegar.
Regular el Qi.
Significa trasportar nuestra energía por nuestro cuerpo por medio de la voluntad, llevándola donde es requerida. Este es un estado avanzado de Qigong al que se llega cuando se ha regulado perfectamente el cuerpo, la respiración y la mente. En este punto es importante tener conocimientos de medicina China para saber dónde hay un exceso o un defecto de energía. Se recomienda dejar fluir el Qi de la manera más natural, sin interferir en él para recorra todos los meridianos y armonice nuestros órganos y nuestra mente.
Regular el Espíritu (Shen):
Significa expandir nuestra conciencia, gracias a la armonía entre cuerpo, mente y energía que nos proporciona la práctica del Qigong. Es la Realidad Última de los budistas y la Inmortalidad de los taoistas.
Para saber más: “La esencia del Taiji Qigong” del Dr. Yang, Jwing-Ming
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