“El corazón nunca habla, pero hay que escuchar para entender.”
Somos energía y nos movemos en un entorno donde la energía está siempre presente, lo importante es detenernos a evaluar, comprender el alcance de esta energía de tal manera, que nos permita aprovechar su manifestación en todo lo que emprendemos, saber utilizar adecuadamente, mientras permanece en nosotros, así como integrar con las que nos rodea.
Nuestro espíritu es energía, energía muy sutil y trascendental, viene activada con esencia divina, que nos mantiene con vida a través de vehículo físico que nos proporciona, nuestro cuerpo, la debemos cuidar, repotenciar constantemente para aprovechar su potencialidad que nos permita aprovechar el tiempo que se nos da de actuar bajo esta forma en este plan y así evolucionar.
En la medida que nos adentramos en el alcance, repercusiones que la energía cierra, podemos comprender lo que esto representa y manejar adecuadamente.
Al respecto, nos recuerda Cecilia tercio, que la energía vital o · Chi ¨ es la esencia que nutre nuestra vida y la del Universo. Los conocimientos de la circulación de energía en el cuerpo humano comienzan hace unos cuatro mil años. La medicina china descubrió que la energía circula por canales llamados meridianos que circulan como ríos en todo el cuerpo.
Si la circulación de ¨ Chi ¨ no es la adecuada o se encuentra bloqueada se produce un desequilibrio energético, si este desequilibrio no se corrige puede dar lugar con el tiempo a una enfermedad
Los sabios de la antigüedad consideraban que sólo bastaba la meditación estática y la respiración para regular el cuerpo y la mente . Con posterioridad los médicos y físicos chinos afirmaron que para aumentar la circulación energética además de meditar había moverse
descubrió que obtener paz mental era tan importante como el moverse y que movimientos específicos como los realizados en las técnicas de Tai Chi o Chi Kung podían aumentar la energía vital o · Chi ¨ en determinados órganos. Sus conclusiones al respecto fueron las siguientes: los que se ejercitan adecuadamente enferman con menos frecuencia y retrasan el envejecimiento.
Uno tiene que saber identificarse con la energía que le favorezca en todo lo que actúa, estar atento en nuestro comportamiento, en el manejo de las emociones, en la forma en que nos comportamos, además, como gerencias nuestra energía de tal forma, que no la malgastamos. A cada movimiento que hacemos la energía está actuando y se mezcla con otros campos energéticos que tenemos que saber controlar, especialmente en cuanto a las emociones, sentimientos, que pueden dar paso a un uso negativo de la energía, como también positivo, depende con se le maneje, cómo se afronta las pasiones, los deseos, todo aquello que puede desfavorecida y dar paso a sufrimientos, desgaste, caídas energéticas--->
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