En una clase de fitness, la idea es hacer series de abdominales para trabajar los músculos y conseguir un vientre plano. En el Qi Gong, la intención es otra: buscar modelos en la naturaleza para volverse fuerte como un árbol, fluido como el agua o ligero como el viento. Todos los movimientos deben inspirarse en la vitalidad y la belleza de la naturaleza para estar en sintonía con ella.
Los beneficios
“Envejecemos por las piernas”, previene Zhan Khun Ling. Una parte de nuestra anatomía a la que el Qi Gong presta mucha atención, puesto que busca tonificarlas, ayudando así a dinamizar el sistema venoso.
La espalda también se beneficia: “Al estar tumbado con la espalda bien estirada se crea más espacio entre las vértebras, lo que ayuda a relajar las tensiones y a tonificar los músculos profundos”, asegura el maestro.
En cuanto a la vitalidad, las posturas estáticas tiene el objetivo de reforzar la región llamada “Dan Tian”, que significa “el campo del elixir”, ahí donde se localiza la energía vital, conocida como “ch´i” en la cultura tradicional china.
¿Y en la práctica?
Ke Wen y Zhan Khun Ling nos desvelan las claves de los cuatro movimientos de la energía para comprender mejor el misterio del ch´i.
1- Subir: la energía sube alimentando el cuerpo. Estos movimientos dirigidos hacia arriba tienen por objeto hacer subir la energía interior o Yin, partiendo de los pies y ascendiendo a través de los meridianos, situados en la cara anterior de las piernas y el pecho. Así, se mejora la energía y se apaciguan las tensiones.
2- Bajar: la energía Yan desciende y calienta el organismo. Los movimientos dirigidos hacia abajo están destinados a hacer bajar la llamada energía de la acción, a través de los meridianos situados en los costados del cuerpo y en la espalda. El Yan permite relajar el tronco, en particular el cuello, y tonificar las piernas.
3- Entrar: la energía entra en el cuerpo para nutrirlo. Los movimientos van a utilizar la energía Yang de los meridianos, principalmente los que están situados en las caras externas y posteriores de los brazos. Estos movimientos permiten captar la energía exterior, nueva, para ganar en vitalidad.
4- Salir: las energías ya utilizadas deben evacuarse para purificar el cuerpo. Los movimientos de evacuación de la energía utilizan los meridianos de las manos, los pulmones y el corazón y nos ayudan a desintoxicar el organismo; además, favorecen el equilibrio entre el Yin y el Yang.
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