América Villabona
Maestra en Reiki
“Desde el punto de vista del Reiki, la envidia es consecuencia de dos procesos psicológicos necesarios para el desarrollo de los seres humanos: el deseo y la comparación, los cuales no se deben suprimir, pero sí podemos prevenir los efectos que generan, por eso lo adecuado es convertir el malestar emocional producido por la envidia en un motor para conseguir lo que uno desea tener y controlar la hostilidad que dicha situación puede generar, evitando que deteriore las relaciones con los demás.
Sabemos que el Reiki trabaja directamente con el campo energético del paciente y canaliza la energía hacia sus cuerpos sutiles, esto actúa sobre los bloqueos energéticos que perturban la libre circulación de la energía, restaura y armoniza sus sistemas, posibilitándole y mostrándole de forma sencilla, fácil y asequible para todos el camino de vuelta hacia la salud, la armonía, la integración y aceptación.
Cuando nuestro organismo está desequilibrado vibra a una frecuencia inarmónica y anómala que impide el desarrollo normal de las funciones celulares y el funcionamiento óptimo de nuestros sistemas; esto también lo apoya una Investigación del Instituto de Ciencias Radiológicas de Japón, los cuales describieron imágenes cerebrales de sujetos a los se les confrontó con personajes que envidiaban. Cuanto más profunda era la envidia, más vigorosamente se activaban los centros de dolor del córtex anterior dorsal y otras áreas cerebrales relacionadas.
La envidia se produce siempre en situaciones que son vividas como una amenaza. Por eso dentro de las terapias de Reiki se trabajan ciertos puntos energéticos que favorecen la confianza básica en uno mismo y en los demás, que mejoran las relaciones y motivan a adquirir habilidades para responder a la tensión emocional”.
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