Según los principios de la Medicina Tradicional China, la energía de la primavera es la de la Madera. Esto rige un órgano (el hígado), un sistema (el sistema locomotor), una víscera (la vesícula biliar), un sentido (la vista), una estructura (los tendones y las uñas), una emoción (la ira), un sonido (el grito), un color (el verde), un sabor (el ácido), una excreción (las lágrimas) y un clima (el viento o feng).
El hígado (como sistema, no únicamente el órgano) controla el drenaje. Así, favorece la digestión, la asimilación (tanto física como emocional), ayuda a la buena circulación de la sangre y de la energía, regulariza las actividades mentales y emocionales. La depresión, la nerviosidad o la irascibilidad son síntomas de un problema de la energía de la Madera.
El sistema Hígado regulariza también los meridianos Chong y Ren, en relación con las menstruaciones. Controla la reserva de la sangre, rige los tendones, y el movimiento en general. Las uñas dan una indicación del estado del sistema; y los ojos son “las ventanas del hígado”. Problemas de vista, ojos secos o llorosos, son expresiones patológicas de la Madera.
Cuando la energía de la primavera fluye en nuestro organismo, en nuestra vida, hay flexibilidad, tanto física como emocional. Los tendones permiten los movimientos sin tensión, y las emociones están en paz.
Fuente y artículo completo: Mont Kailasch
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